Un blog de viajes - Travellerspoint

Aspectos a tener en cuenta en el diseño de un itinerario

Comenzando a escribir la historia de nuestro próximo viaje

El diseño del itinerario, un momento tan necesario como ilusionante

Una vez que hemos decidido el destino por el que vamos a desarrollar nuestro próximo viaje, y cuando ya hemos comprado los vuelos internacionales para llegar a él, seguramente no hay un nuevo paso en la organización del viaje más importante que el del diseño del itinerario que vamos a seguir en nuestro destino. Se trata, sin duda, de una tarea necesaria, pues tener claro el itinerario y, por tanto, los lugares en los que vamos a estar en cada uno de los días del viaje, se hace indispensable para continuar reservando cosas, por ejemplo los billetes para los desplazamientos internos por el país o los alojamientos en cada uno de los lugares en los que necesitaremos pernoctar.

Pero el momento del diseño del itinerario es, además de necesario, ilusionante. Con frecuencia se dice eso de que los viajes comienzan con la preparación de los mismos, pero si hay un momento clave que simboliza como ningún otro ese comienzo del viaje, ese es el del diseño del itinerario, ya que es ahí cuando empezamos a visualizar lo que haremos en nuestro viaje y cuando nuestra imaginación echará a volar. Dicho de otra forma, se puede decir que es ahí cuando se empieza a escribir la historia de cada viaje, ya que obviamente las decisiones que tomemos en cuanto a qué lugares visitar influirán en lo que el viaje nos terminará deparando. Lo que yo suelo hacer es, sencillamente, sentarme frente a una hoja de papel en blanco acompañado por un bolígrafo, listar en vertical los días que va a durar el viaje, y a continuación ir rellenando a la derecha de cada fecha el lugar en el que voy a estar en cada uno de ellos (también, obviamente, incluyendo los días dedicados -al menos en parte- a los desplazamientos).

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Fuentes de información para el diseño de un itinerario

¿Qué fuentes de información podemos utilizar para el diseño de un itinerario? Seguramente, cuando hemos elegido un país determinado para que sea el destino de nuestro próximo viaje, lo habremos hecho porque ya había una serie de lugares específicos que nos llamaban la atención o que nos interesaban. Esos, sin duda, formarán parte del itinerario, e incluso en la mayoría de los casos vertebrarán el recorrido a seguir, ya que de alguna manera son los imprescindibles del viaje. Después, algo que suelo hacer con frecuencia es echar un vistazo (en catálogos físicos o en Internet) a los itinerarios que suelen seguir los viajes organizados al destino en cuestión (esto suele servir para asegurarse que no se olvida ningún lugar importante). Otras fuentes de información son guías de viaje (suelo comprar una para la preparación del viaje), blogs de Internet (siempre hay blogueros que cuentan su experiencia en nuestro próximo destino), foros, webs de oficinas de turismo del destino, etc.

No obstante, a pesar de la presencia de todas estas opciones a la hora de informarnos, no hay que olvidar que, con frecuencia, la mejor fuente de información sobre qué hacer en nuestro destino se encuentra… allí mismo, en el propio destino, ya que por el camino siempre gente local, u otros viajeros, nos contarán acerca de lugares a los que podemos ir de los que difícilmente podríamos haber sabido de otro modo, por ser menos conocidos, por estar menos masificados o por no tener la fama de otros. Por tanto, no es para nada mala idea dejar algunos días del itinerario libres para, desde el lugar en el que estemos, luego poder organizar cosas sobre la marcha en el propio viaje.

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Teniendo en cuenta la logística

También es muy importante tener en cuenta la cuestión logística. La idea debe de ser, obviamente, minimizar el número de kilómetros recorridos, así como el tiempo empleado en desplazamientos, al ir enlazando un lugar visitado en el viaje con otro. No obstante, aunque esa es una premisa que siempre hay que tener en cuenta, tampoco es una máxima absoluta, ya que a veces también es interesante -y sobre todo, cómodo- contar con ciertas bases de operaciones a lo largo del viaje, desde las que movernos a los lugares que hay alrededor (ello suele traducirse en más kilómetros hechos, ya que desde cada lugar tenemos que volver al centro de operaciones, pero ya digo que se gana en comodidad, porque estar más tiempo alojado en un sitio significa minimizar traslados de equipaje, conocer mejor la logística de los lugares que ejercen como centros de operaciones, etc).

Otra pauta que suelo seguir es la de maximizar los desplazamientos por tierra cuando son posibles (creo que un país se interioriza mejor así), trazando una especie de recorrido lineal, para después tomar un vuelo desde el punto más distante hasta el lugar de partida si este es desde el que sale el vuelo de vuelta a nuestro país (también se puede valorar tener el vuelo de vuelta a casa desde una ciudad diferente, aunque ahí hay que tener en cuenta que el billete suele salir más caro). Y del equilibro de todas estas cuestiones debe de salir el mejor itinerario posible para el viaje que queremos hacer. Ello sin olvidar que, lo más importante, es disfrutar de la elaboración de ese itinerario.

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Publicado por Sergio Gonzalo 10:53 Tagged preparar_el_viaje planificar_con_encanto antes_del_viaje aspectos_prácticos Comentarios (0)

Preparar los viajes con ayuda de especialistas en el destino

Aprovechando el enorme conocimiento que ciertas personas tienen acerca de nuestro próximo destino

Los que más saben de un destino determinado

Cuando estamos preparando un viaje, sin duda es interesante contar con la opinión y la información que nos puedan ofrecer las personas que conozcan el destino que nosotros vamos a visitar en nuestro próximo viaje, bien porque hayan viajado allí -sobre todo si lo han hecho recientemente-, bien porque hayan leído o estudiado sobre el país, etc. Y en ocasiones, aunque obviamente es algo que depende en gran medida del destino, no es difícil encontrar a auténticos especialistas en ese país en cuestión, porque la persona haya viajado allí muchas veces o por un período de tiempo muy prolongado, porque haya vivido allí, o porque circunstancias personales o profesionales le hayan hecho especializarse en ese país.

En la actualidad, con Internet a nuestra disposición, es muy sencillo contactar a cualquier persona del mundo, y además, si se vive en una ciudad grande, o en la capital del país desde el que se prepara el viaje, es más que probable que muchos de estos especialistas en un país residan en la misma ciudad, o al menos la visiten con cierta recurrencia por tratarse de la ciudad más importante, en la que más actividades culturales se llevan a cabo, etc. Además, se da la circunstancia de que estas personas suelen estar encantadas de ayudar, hablar del país del que son especialistas, etc, aunque solo sea por el sencillo motivo de que ese país les apasiona. Con lo cual, se da una combinación perfecta para propiciar el hecho de que esa persona especialista nos ayude en la preparación de nuestro viaje.

Leer los libros de esos especialistas en un destino

Una primera manera que tenemos de acceder al conocimiento que esos especialistas pueden tener sobre un país, es leer los libros que han escrito acerca de él. Hay múltiples ejemplos de especialistas en otros países en España, que cuentan con no pocos libros centrados en esos lugares, pero por citar algunos autores y libros que yo conozco y que en algunos casos he utilizado en la preparación de mis viajes, serían Suso Mourelo y sus libros sobre Japón (“En el barco de Ise”, “Tiempo de Hiroshima” o “El Japón de Hokusai”), Patricia Almarcegui y sus libros sobre Irán (“Conocer Irán” y “Escuchar Irán”) o Francesc Bailón Trueba y sus libros sobre Groenlandia (“Los poetas del Ártico. Historias de Groenlandia” y “Los inuit. Cazadores del Gran Norte). No cabe duda de que, si se quiere preparar un viaje a Japón, a Irán o a Groenlandia, la lectura de estos libros ayudará sobremanera en el conocimiento del país y en la preparación del viaje. Y hay muchos otros especialistas y libros sobre otros países a los que se puede acceder con sencillas búsquedas en Internet, o también consultando a algún buen conocedor del género de la literatura de viajes.

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Los eventos en los que estos especialistas participan

Un paso adicional que se puede dar, después de leer los libros de esos especialistas, es tratar de acudir a algún evento en el que participen, para hablar del país que conocen (incluso, hoy en día, podría darse el caso de que se pueda asistir a ese evento en modo online o virtual). Con frecuencia, los especialistas en un destino participan en conferencias, charlas, coloquios, presentaciones de libros y otras actividades culturales con los destinos que tan bien conocen. En mi caso, por ejemplo, y siguiendo el hilo de los especialistas arriba citados, en Madrid he asistido a la presentación de los libros “Escuchar Irán” de Patricia Almarcegui y “El Japón Hokusai” de Suso Mourelo, y también a una charla de Francesc Bailón Trueba que tuvo lugar en una agencia de viajes madrileña y en la que habló sobre los pueblos del Ártico. En todas esas ocasiones pude comprobar que se trata de actos excelentes para aprender sobre un país o una cultura y que pueden venir genial cuando se está preparando un viaje a uno de esos países. A continuación, Francesc Bailón Trueba participando en un acto sobre los inuit.

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Contactando con los especialistas por Internet

Adicionalmente, hoy en día, como decía antes, Internet permite una comunicación sencilla, rápida y directa con casi cualquier persona del mundo cuya dirección de correo electrónico sea fácilmente accesible a través de búsquedas en Internet, que cuente con presencia en alguna red social o que incluso tenga una página web personal. Por lo tanto, no es nada descabellado contactar con algún especialista en un destino que nos interese, para plantearle algunas preguntas, consultarle algunas dudas, o solicitarle ciertas opiniones. Como decía anteriormente, mi experiencia en ese sentido ha sido muy positiva, habiendo conseguido que me contesten a un correo electrónico, hacer una llamada telefónica o quedar presencialmente con algunos de esos especialistas. En la imagen, Suso Mourelo en Japón.

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Y aprendiendo también… sobre el viaje

Y para terminar, quería destacar el hecho de que, cuando contactemos o hablemos con alguno de estos especialistas, no solo estaremos accediendo a conocimiento sobre un lugar o destino, sino que, como por lo general se trata de expertos viajeros, también podremos conocer acerca de sus ideas acerca del viaje, su forma de viajar, los aspectos que valoran más en un viaje, etc (como ejemplo, sirva mencionar el hecho de que Suso Mourelo tiene libros dedicados a otros países como China, Mongolia o México, y también que Patricia Almarcegui ha escrito varios ensayos sobre el viaje, además de literatura de viajes). En la imagen, Patricia Almarcegui.

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Publicado por Sergio Gonzalo 6:28 Tagged preparar_el_viaje planificar_con_encanto antes_del_viaje aprendizaje Comentarios (0)

Ideas para organizar actividades sobre la marcha en un viaje

Sacando provecho de los recursos locales, solo accesibles cuando ya estás en el destino

Gestiones a distancia o en el lugar de destino

En una entrada anterior de este mismo blog se reflexionaba sobre la conveniencia de planificar mucho o planificar poco en un viaje. Siguiendo el hilo temático, esta nueva entrada tiene el objetivo de proponer algunos recursos para organizar cosas sobre la marcha en un viaje, para el caso de todas aquellas actividades, visitas, excursiones, etc, que hayamos decidido dejar sin planificar en las semanas o meses anteriores a un viaje, en el trabajo de preparación y planificación que hayamos hecho en casa.

La idea de la que parte esta nueva entrada, y en la que se basan los recursos que se van a proponer, es la de que, por mucho que Internet, Whatsapp, y todas las demás posibilidades de comunicación con las que contamos hoy en día hayan facilitado sobremanera el contacto con personas que viven al otro lado del planeta, siempre va a haber tipos de información o gestiones que se van a poder acometer de mucha mejor manera cuando ya estemos físicamente en nuestro destino de viaje.

Las taquillas de los medios de transporte públicos, fuente de información incomparable

En infinidad de ocasiones, en mis viajes, me ocurre que trato de buscar por Internet información sobre horarios, precios o frecuencias de trenes y autobuses de un país que voy a visitar, y la información que consigo obtener es vaga, confusa, y en algunos casos, contradictoria. Por supuesto, esto depende en gran medida del país que vayamos a visitar; por ejemplo, la mayoría de los países europeos cuentan con páginas web de las compañías ferroviarias nacionales que ofrecen información precisa y fiable sobre los horarios de los trenes en cada día de la semana. Pero, por ejemplo, cuando se trata de los autobuses, ya suele ser más difícil conseguir información, porque por lo general es un medio de transporte menos planificado, suele haber múltiples compañías que ofrecen servicios, etc. Y si el transporte del país en cuestión está menos desarrollado, o es más informal, las posibilidades de encontrar buena información en la red se van reduciendo. Recientemente, en la organización de viajes a países como Irán, Costa Rica o Tanzania, me ha ocurrido que no he podido encontrar información realmente fiable sobre los servicios de transporte.

Por todo ello, no hay nada como, cuando ya se está en el destino, plantarse en la estación de tren o de autobús de la ciudad desde la que queremos hacer la actividad o excursión en cuestión. Allí sí, en las taquillas o en los mostradores de información, será posible hablar con personal que sabrá mejor que nadie los horarios y las frecuencias de los trenes; a veces nos ocurrirá que podremos embarcarnos en el medio de transporte apenas unos minutos después de llegar a la estación o terminal de que se trate, y en otros, al menos, podremos comprar un billete para dentro de unas horas, o para el día siguiente.

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Las agencias a pie de calle, un recurso que a veces abunda

En muchos países proliferan las agencias de organización de actividades que estarán deseando que un viajero con cosas aún pendientes de organizar entre por la puerta. Esto es algo que ocurrirá, por ejemplo, y sin duda -aunque no solo-, en los países del Sudeste Asiático, donde la competencia es feroz y hay un amplio catálogo de actividades que se pueden contratar de un día para otro, o incluso para el mismo día, en un montón de agencias de similar índole que encontraremos con solo dar un paseo por la calle. Accediendo a esa oferta de servicios local, además, nos daremos cuenta de que a veces se ofrecen actividades o visitas a lugares que no conocíamos, porque en las fuentes con las que hemos preparado el viaje no aparecía información sobre ellos. Una ventaja más es la de que esas excursiones con frecuencia ofrecen la visita a más de un lugar, pudiéndose combinar varios, mientras que de otra forma -por ejemplo, yendo en transporte público- tal vez no pudiéramos visitarlos todos por una cuestión de tiempo, por lo que tardaríamos en desplazarnos de unos lugares a otros.

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El recurso de los recepcionistas del hotel en el que nos alojamos

En ocasiones, los hoteles cuentan con una agencia de organización de actividades, o al menos con una persona que está dispuesta a -y puede- organizar actividades y excursiones para las personas que se alojan allí. Y, si esto no ocurre, siempre estará el recurso de dirigirse a la recepción para tratar de preguntar por alguna actividad o servicio. Con mucha frecuencia -aunque, por supuesto, depende del tipo de país en el que nos encontremos-, el hotel trabaja habitualmente con uno o con varios taxistas a los que podrá consultar el precio del desplazamiento o la actividad que deseemos. Me ha pasado en infinidad de ocasiones que, desde una recepción, me han organizado actividades o desplazamientos, incluso en alguna ocasión de forma muy económica, ya que nadie como ellos conocen los recursos locales, y en especial los auténticos y verdaderos, no aquellos generalmente inflados a los que siempre accede un turista.

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Los taxistas, un recurso a base de negociación

Y en último lugar, otro recurso que he utilizado en diversas ocasiones es el de pedirle precio a un taxista cualquiera al que veo por la calle, para que me lleve a la ciudad o al lugar al que me quiero desplazar, para visitarlo o para hacer una excursión (obviamente, este recurso solo se puede utilizar en aquellos países en los que, por el nivel de vida o por la debilidad de la moneda, los precios en general, y los de los taxis en particular, sean menores que los que tenemos en el país en el que vivimos). El principal inconveniente es el de que será necesario negociar, pero rara vez sucede que no se consigue llegar a un acuerdo por un precio menor al que nos piden inicialmente, y que no se cierra un precio que es bastante favorable para los intereses del viajero, al menos si se compara, como decíamos, con lo que costaría un taxi en su país de origen.

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Publicado por Sergio Gonzalo 6:42 Tagged transporte excursiones conocer_lo_local durante_el_viaje Comentarios (0)

Turismo literario, seguir las huellas de libros y escritores

Visitar un lugar a través del prisma de los libros y autores que hemos leído o estamos leyendo

Libros y viajes siempre mezclan bien

Soy de los que piensa que los libros y los viajes siempre mezclan bien. Hace unos meses, hice una entrada en este mismo blog en la que proponía la literatura de viajes como el mejor medio para preparar y planificar un viaje. Pero, más allá de ese género que trata específicamente sobre viajes, hay otros géneros literarios que también mezclan bien con el viaje y a los que podemos sacar partidos en nuestros viajes. Creo que el que mejor lo hace es la novela, aunque, por supuesto, puede haber ensayos, obras de teatro o poemas que estén ambientadas en, o nos evoquen, lugares que podemos visitar en nuestros viajes. Proponer formas de sacar partido al componente literario en un viaje es el principal propósito de esta nueva entrada.

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Viajar por el lugar en el que transcurre la historia que estás leyendo

No suelo leer novelas ambientadas en el lugar por el que estoy viajando en un momento determinado (el motivo es que, cuando estoy viajando, también me gusta “descansar” algún rato del destino por el que estoy viajando, y suelo hacerlo leyendo sobre algo que no tenga absolutamente nada que ver), aunque soy consciente de que muchas personas sí lo hacen y además consideran que es lo ideal. Por ello, voy a introducir ese recurso como una primera forma de tener un componente literario en el viaje.

En efecto, leer una novela ambientada en un país concreto mientras viajas por ese país, tiene sus ventajas. Por ejemplo, conseguirás una ambientación magnífica, porque, mientras estás leyendo el libro, estarás viendo a las personas y los paisajes del país, oliendo sus aromas, escuchando sus ruidos y sonidos más característicos y sintiendo en tu misma piel su temperatura. Dicho de otra forma, todo lo que cuente o explique el autor, tú lo estarás viviendo en una suerte de “clase práctica”. De la misma forma, irás aprendiendo todo lo que cuente el autor sobre el país por el que estás viajando, enriqueciendo así lo que estés aprendiendo en el viaje a través de otros medios como guías turísticos, libro-guías, paneles explicativos, conversaciones con personas locales, o la mera observación. Por todo ello, no cabe duda de que el viaje y la lectura de un libro sobre el destino se retroalimentan en gran medida.

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Visitar escenarios de libros que hemos leído antes

Otra forma de disfrutar del componente literario en un viaje es visitar escenarios literarios, es decir, lugares por los que hayan transcurrido las historias de uno o varios libros que hemos leído en el pasado. Para quienes nos gusta leer, este tipo de ratos de viaje suele ser ciertamente emocionante, pues no puede dejar de serlo el sentirse tan cerca de los personajes que nos han hecho identificarnos con ellos, o de las historias que nos han gustado. La gran ventaja es que se puede hacer con varios libros, de uno o de varios autores, que hayan transcurrido en el lugar por el que viajamos. Por ejemplo, cuando estuve en Colombia, paseé por las calles de Aracataca (el pueblo natal de Gabriel García Márquez, en el que se inspiró para imaginar Macondo, lugar ficticio en el que transcurren varias de sus novelas) evocando diversas escenas del libro “Cien años de soledad”. También he recorrido las calles de Limerick (Irlanda) recordando múltiples pasajes y escenas de “Las cenizas de Ángela” de Frank McCourt, y he visitado varios pueblos de Galicia en clave de las novelas de Domingo Villar. Incluso en mi propia ciudad, Madrid, he visitado diversos puntos señalados en las novelas de Benito Pérez Galdós. Aunque hoy en día algunos de estos componentes literarios se han “turistizado”, y convertido en rutas literarias comercializadas, creo que la mejor forma de abordar este componente literario en un viaje es en solitario. Y, lo ideal, con el libro que hemos leído en la mano para leer algún fragmento en el propio escenario en el que transcurre.

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Las casas, y otros lugares de escritores

También es posible perseguir las huellas de los escritores a los que más hemos leído, o que más nos gustan. Una de las formas más sencillas de hacerlo es visitar las que a veces convierten en casas-museo de cada escritor. He visitado las de Tolstoi en Moscú, Gabriel García Márquez en Aracataca, Pablo Neruda en Santiago de Chile, Katherine Mansfield en Wellington, Miguel Hernández en Orihuela o Benito Pérez Galdós en Las Palmas. En todas ellas, no solo se pueden ver objetos personales del escritor, sino también, las estancias (a veces jardines) en los que se inspiraba y escribía. Más allá de las casas-museo, es posible visitar otros lugares de los escritores; así, por ejemplo, he visitado la tumba y varias de las casas en las que vivió Kafka e Praga, los cafés que frecuentaban Borges y Cortázar en Buenos Aires, o las calles y los bosques por los que paseaba Javier Reverte en el pueblo de Valsaín, en la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama. De nuevo, no hay mejor forma de visitar esos lugares que con un libro en la mochila para, en cualquier momento, sacarlo y leer un par de fragmentos que seguramente nos harán emocionarnos. A continuación se muestran imágenes de las casas-museo de Tolstoi y de Neruda.

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Publicado por Sergio Gonzalo 5:19 Tagged literatura aprovechar_el_viaje durante_el_viaje Comentarios (0)

Haciendo que los distintos viajes se enriquezcan entre sí

Aprendiendo y disfrutando más según los viajes se suceden en el tiempo

Los beneficios de la acumulación de los viajes en el tiempo

Hay muchas formas de empezar a viajar, y de continuar haciéndolo, pero creo que la situación más habitual es la de que se comience a viajar a lugares cercanos, para después ir yendo cada vez un poco más lejos, y también tratando de conocer lugares y ambientes diferentes. Por ejemplo, en mi caso, comencé a viajar por España, continué por Europa, hice un primer viaje fuera del continente a un destino cercano como Marruecos, y por fin, llegó mi primer viaje largo y realmente muy lejos, al Sudeste Asiático. Luego, como decía que creo que ocurre en la mayoría de los casos, los viajes se fueron sucediendo a distintos lugares y ambientes, un poco con la intención de ir conociendo cada vez más regiones diferentes del mundo. Y si se continúa viajando, llegará un momento en el que, no solo el número de países visitados pasará a ser alto, sino que además, habremos visitado varios países de la misma región, de regiones diferentes, de zonas que sin estar cerca geográficamente puedan resultar parecidas culturalmente entre sí, etc. Es en ese punto cuando, realmente, uno se da cuenta de que unos viajes potencian y enriquecen a otros, por la visión global que, todos juntos, permiten obtener.

Conocer una cuestión en sus distintas variantes, o desde diferentes puntos de vista

Una de las cosas que ocurren cuando los viajes se empiezan a suceder en el tiempo, a acumular y a enriquecerse mutuamente, es que podemos aprender sobre una cuestión determinada comprobando cómo es vista, o practicada, en los distintos lugares en los que está presente. Por ejemplo, sobre el tema del sistema político-económico del comunismo (o socialismo), yo comencé a aprender cosas en mis primeros viajes a la Europa del Este (Hungría, Rumanía, etc). Amplié ese conocimiento cuando viajé a Rusia, donde los rescoldos de un sistema que estuvo vigente durante muchas décadas están todavía más vivos. Años después viajé a Cuba, que en el momento de mi viaje -y aún en el momento de la publicación de esta entrada- seguía siendo una república socialista. Todas esas experiencias de viaje me han ido permitiendo saber más sobre el comunismo, saber qué efectos deja en los países que lo han practicado, qué diferencias puede haber entre las distintas variantes del sistema puestas en práctica, etc.

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Lo mismo me ocurrió con otra cuestión de un interés indudable: el Budismo. Cuando viajé a Vietnam, pude acceder a cierto conocimiento de lo que es el Budismo Mahayana, que es el que se practica en la mayoría de los países del Sudeste Asiático. Después, en Mongolia, Nepal y Bután pude conocer el Budismo Tibetano, en Japón el Budismo Zen, etc, consiguiendo un conocimiento mucho más amplio y global sobre la religión practicada en buena parte de Asia, sus distintas formas y manifestaciones, las diferencias entre los templos de una y otra variante, etc.

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Conocer y entender una región en su conjunto

Más allá del conocimiento acerca de cuestiones o aspectos concretos de los que se puede aprender en un viaje, cuando acumulamos viajes a varios países de una región, también comenzamos a entender ese territorio o región en su conjunto, comprendiendo su funcionamiento, sabiendo cuales son los principales polos que la articulan, conociendo cómo son las relaciones entre los distintos países que la componen, etc.
Es lo que me ha ocurrido, por ejemplo, en Asia Central, una región en la que en primer lugar visité Uzbekistán, ya pudiendo aprender desde ese primer viaje a la región que el imperio persa, la URSS o incluso China habían tenido allí mucha influencia, para algunos años después visitar Irán, Rusia y China, entendiendo más sobre el origen, las causas y las motivaciones de todo lo que había podido ver y aprender en Uzbekistán, sin duda entendiendo mejor la idiosincrasia de la región de Asia Central en su conjunto. Lo mismo me ha sucedido, por ejemplo, en Escandinavia, donde, con el paso del tiempo, he ido acumulando viajes a los distintos países que la componen, entendiendo mucho mejor que al principio cuáles son los rasgos culturales comunes, a qué se deben muchos de ellos, en qué medida tienen una historia común, qué relaciones han tenido con otros países o regiones, etc.

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Establecer comparaciones entre países o regiones

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero la mayoría de las veces no lo son tanto. Y además, con frecuencia son muy interesantes. Lo podemos experimentar cuando viajamos, ya que, de nuevo, según los viajes se vayan sucediendo en el tiempo, podremos cada vez mejor comparar lugares, países y regiones de los que vamos visitando, para así poder ver las similitudes y diferencias entre ellos, así como los motivos a los que se deben. Por ejemplo, en el devenir de mis viajes, he podido aprender que existe mucha diferencia entre las distintas regiones de África, siendo por ejemplo muy diferentes los países de África Occidental (he visitado Senegal y Ghana) y los países de África del Sur (he conocido Zimbabwe, Sudáfrica y Namibia principalmente, además de algo de Zambia y de Botswana), lo que se puede apreciar en el aspecto de las ciudades, en el funcionamiento del transporte público, y en algunos otros aspectos. También, según fui acumulando viajes, pude ir apreciando en qué medida tienen similitudes países tan distantes geográficamente pero cercanos culturalmente como Canadá, Australia o Nueva Zelanda.

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Publicado por Sergio Gonzalo 6:37 Tagged conocer_lo_local después_del_viaje geografía aprendizaje Comentarios (0)

Disfrutar del mundo del deporte en nuestros viajes

El deporte nos dice mucho de la cultura y la sociedad de los países que visitamos

El deporte, algo inherentemente humano, y universal

El deporte es un ámbito que ha gozado de indudable relevancia para el ser humano a lo largo de la historia, siendo difícil encontrar algún lugar del mundo, o alguna civilización a lo largo del tiempo, en los que no se haya practicado ningún deporte, e incluso en los que la práctica deportiva no haya sido importante. Por lo tanto, cuando viajamos, es un aspecto más de los que podemos disfrutar y aprender en aquellos países y sociedades que visitamos.

Por supuesto, es posible viajar con el mero -o al menos el principal- propósito de presenciar un espectáculo deportivo (incluso, el turismo deportivo ya se ha convertido en una de las principales subcategorías turísticas), pero en esta entrada la intención es ir un poco más allá, y proponer otras formas de disfrutar del componente deportivo en nuestros viajes, incluso aunque no haya grandes eventos de por medio.

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La visita a estadios y a otras instalaciones deportivas

Cuando comencé a viajar por Europa, teniendo en cuenta que soy un gran aficionado al fútbol, tenía por costumbre visitar el estadio de las ciudades que iba visitando (obviamente, solo si el estadio era medianamente importante, en base al nivel o la categoría del equipo de fútbol de la ciudad). Pronto, casi sin darme cuenta, había formado una notable lista de estadios visitados, que me hacía haber estado en muchos de los estadios en los que se disputaban los campeonatos de fútbol tanto españoles como europeos. No siempre es posible visitar el estadio por dentro, aunque muchas veces sí es factible conseguirlo apelando a la generosidad del guardia de seguridad de turno o empleando una pequeña dosis de astucia (otras veces, más sencillo aún: hay tours guiados por el estadio). Y cuando no es posible visitarlo por dentro, ver el estadio por fuera, rodear su perímetro mientras se da un paseo o tratar de recrear el ambiente que puede haber en día de partido, suelen ser experiencias interesantes para los amantes del deporte. E, incluso, a veces he visitado estadios en los prolegómenos de la disputa de un encuentro, por lo que ese ambiente que por lo general solo genera el deporte lo he podido ver, y no he necesitado imaginarlo. Por supuesto, sobra decir que igual que con los estadios de fútbol, este tipo de visitas también se puede hacer a pabellones de baloncesto, fútbol sala o balonmano -entre otros deportes-, a los complejos en los que se juegan los principales torneos de tenis, etc.

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Ver a los locales jugar o entrenar a sus deportes favoritos

Otra cosa que suelo hacer en mis viajes, aunque esto he de reconocer que lo he incorporado relativamente tarde a mi repertorio viajero, es pararme a ver un partido callejero, o un entrenamiento de un equipo formal, cuando me encuentro con cualquiera de las dos cosas de forma espontánea y no planificada, mientras paseo por una ciudad. Es fácil ver a niños o a mayores jugando al fútbol en campos de fútbol urbanos, en pistas a pie de calle, en parques, en la playa o en cualquier trozo de calle lo suficientemente grande. (y además de fútbol, los partidos pueden ser de cualquier otro deporte). También, con frecuencia, es sencillo encontrar a algún equipo de cualquier disciplina deportiva que está llevando a cabo un entrenamiento, en este casi sí, lo normal es que sea en campos o pistas habilitados a tal efecto (aunque también los he visto en parques o en playas, al menos trabajando el aspecto físico). En cualquiera de los casos, me gusta quedarme un rato -que a veces termina siendo largo- observando ese partido informal, o ese entrenamiento. En viajes recientes, he visto entrenamientos de béisbol en Cuba, entrenamientos de hockey sobre hielo y de balonmano en Groenlandia, partidos callejeros de baloncesto en Costa Rica o en Serbia, etc. En todas esas situaciones, he podido apreciar cómo viven y disfrutan el deporte los locales, qué estilo de juego tratan de aplicar, cómo son dirigidos los entrenamientos, etc, con lo que, al final, uno está aprendiendo e interiorizando cosas sobre el país que está visitando.

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Informarse sobre la situación y la actualidad deportiva del país

Otra forma adicional de vivir y disfrutar el componente deportivo -y de aprender con él- cuando se está de viaje, es sencillamente informarse de la actualidad deportiva de las que sean las disciplinas deportivas más populares en el país en cuestión. En ese sentido, lo que suelo hacer es seguir las noticias deportivas en Internet o en periódicos físicos locales, ver cómo está la clasificación de los deportes más seguidos en el país, analizar de qué ciudades del país son los equipos principales o de mayor nivel de esas disciplinas más populares, ver cómo se sigue el deporte en las calles (por ejemplo, cuando ponen un partido en un bar, o cuando veo a gente desplazarse a un evento deportivo por lo general ataviados con los distintivos de su equipo, etc). Todos ellos son pequeños granitos de arena que, sin duda, ayudan a conocer los deportes del país que estamos visitando, y con ellos, el país en sí mismo.

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Publicado por Sergio Gonzalo 7:31 Tagged aprovechar_el_viaje conocer_lo_local durante_el_viaje deporte Comentarios (0)

El transporte público como fuente de vivencias y aprendizaje

Viajando por tierra para conocer la esencia y la identidad de un país

Presenciando el día a día de los locales

Un contenido anterior de este blog fue dedicado a exponer los que serían los mejores lugares para observar a las personas del país por el que estamos viajando en sus situaciones más auténticas, por cuanto se trataba de sitios que frecuentaban en su día a día y en su vida cotidiana; estos lugares expuestos eran los parques, los mercados, los restaurantes locales y el transporte público (tanto las estaciones como los vehículos). En esta nueva entrada vamos a profundizar en lo que se puede vivir y aprender en estos últimos, simplemente parándonos a observar lo que tenemos alrededor, en lugar de dejar pasar el tiempo sin prestar atención a lo que tenemos delante como muchas veces hacemos en los tiempos de transición y de espera en los viajes. Aunque lo que se va a exponer es válido para todos los medios de transporte público y colectivo que se puedan imaginar (autobús, tren, avión, barco, taxi colectivo, etc), el artículo está orientado a exponer situaciones que se dan viajando en autobús y en tren.

Estaciones, lugares de actividad frenética en los que es imposible aburrirse

Comencemos con el primer espacio al que tenemos acceso cuando viajamos en transporte público en otro país: las estaciones o terminales de tren o de autobús. Se trata de espacios en los que, en cuanto la ciudad o la estación es medianamente grande o importante, tiene lugar una actividad frenética de gente que va corriendo a tomar un autobús o un tren que parte de forma inminente, a comprar un billete, a hacer la última compra antes del viaje o a esperar a alguien que viene en uno de los trenes o autobuses y a quien lleva tiempo sin ver. En este tipo de lugares, es casi imposible aburrirse, puesto que siempre suele haber un foco de actividad al que mirar, y con el que entretenerse. La concurrencia de tanta gente en un espacio limitado suele ser origen de interacciones con los locales, para preguntar, para que te pregunten, para que te pidan que les dejes paso, para asegurarte del andén o la dársena del que tu transporte sale, etc. Y además, podemos aprender de las costumbres de los locales, observando cómo se comportan, qué acciones suelen llevar a cabo antes de emprender un viaje, cómo se entretienen hasta que su vehículo parte, etc.

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El interior de los vehículos, microuniversos por descubrir

Vayamos ahora con lo que ocurre en el interior de los vehículos. Si el viaje es mínimamente largo, el vehículo lo suficientemente espacioso y las costumbres del país en el que estamos acompañan, el ajetreo de la estación puede dar paso a la calma y la relajación que muchos viajeros intentan conseguir durante un viaje. También puede ocurrir que en el interior de un vehículo reinen el ruido y el alborozo y que cierto componente de actividad frenética continúe, sea con los distintos viajeros conversando en voz alta, con el ruido que algunos animales de esos viajeros puedan emitir, con vendedores ambulantes que suban al vehículo para vender sus productos, o con la actividad más insospechada que se pueda imaginar (en mis viajes en autobús en Ghana, por ejemplo, era frecuente que uno de los viajeros se levantase en mitad del trayecto para predicar, actividad a la que a veces dedicaban prolongados espacios de tiempo, marcando obviamente de esa forma el viaje del resto de los pasajeros).

Además, hay que tener en cuenta que no solo cuentan los viajeros que nos han acompañado desde nuestra estación de partida, sino que al vehículo se irán sumando nuevos pasajeros en las distintas estaciones y paradas del camino (si el viaje es largo y se atraviesan varias regiones, es posible observar las diferencias entre las personas de unas regiones y otras). Y por supuesto, no podemos olvidar las posibilidades que el transporte público -sea el tren o el autobús- nos da de contemplar el paisaje, pudiéndose ver a través de la ventanilla una especie de película en la que las imágenes, las escenas y las situaciones de distintas regiones del país que visitamos se van sucediendo sin solución de continuidad.

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Establecimientos de carretera, espacios asépticos que dicen más de lo que parece

Cuando viajamos en autobús, además, se da la situación de que se hacen paradas en las que incluso se desciende del vehículo (aunque en algunos viajes en tren también es posible bajar de los vagones, a la estación o sus alrededores; ocurre por ejemplo en Rusia, donde a veces los trenes se detienen un rato largo en cada estación, sabiéndose de antemano la nueva hora de partida del tren y pudiendo abandonarse el vagón). Pero, centrándonos en los viajes por carretera, cuando una de esas paradas tiene lugar, suele ser en establecimientos de carretera -a veces gasolineras- de aspecto aparentemente insulso e impersonal de los que es fácil pensar que poco nos podrán aportar. Sin embargo, como casi siempre, todo depende de la mirada con la que esa pequeña estancia en los establecimientos se afronte, ya que también se trata de una buena oportunidad de observar a los locales en su día a día en este caso viajando por su propio país, de ver a personas a las que de otra forma podría costar ver (por ejemplo, camioneros, transportistas o familias que viajan por carretera), y en definitiva, de seguir tomándole el pulso al país, en este caso en los lugares que precisamente menos preparados para el turismo están.

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Publicado por Sergio Gonzalo 6:47 Tagged aprovechar_el_viaje conocer_lo_local durante_el_viaje transporte_público Comentarios (0)

Mantener contacto con las personas que conocemos en un viaje

Haciendo amigos por el mundo... y tratando de conservarlos cuando el viaje termina

Las particularidades de conocer gente cuando estamos de viaje

Cuando viajamos, aunque no nos planteemos hacerlo expresamente, y puede que incluso aunque quisiéramos evitarlo, irremediablemente vamos a conocer a personas del país que estamos visitando y a tener con ellas un contacto que, en función de las situaciones y circunstancias, será más o menos cercano, más o menos agradable, más o menos provechoso, etc. Ocurrirá así con las personas que trabajan en el ámbito del turismo (recepcionistas de hoteles, camareros, guías, etc) pero también con cualquier persona de a pie a la que podamos encontrar en un restaurante, en un parque, en un medio de transporte, o en cualquier otro lugar. Estas interacciones y contactos con personas que no conocemos funcionan, obviamente, de la misma manera que cuando estamos en el lugar en el que residimos: la mayoría duran unos segundos y terminan para siempre, algunas se alargan durante unos minutos por el motivo que sea, y seguramente las menos, pueden desembocar en nuevas interacciones en el futuro. Sin embargo, al estar de viaje, concurren una serie de circunstancias especiales, como por ejemplo el hecho de que al estar en un lugar que no conocemos tal vez necesitemos ayuda en mayor medida que cuando estamos en nuestro lugar de residencia, o el de que podemos estar más abiertos a conocer gente con el fin de aprender aspectos de otras culturas. Por todo ello, esta entrada quiere proponer formas de asumir un papel activo para conocer personas locales en un viaje, y si es posible, también para mantener contacto con ellas una vez que el viaje ha terminado.

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Estar abiertos conocer gente en un viaje

Como tantas cosas en un viaje -y en la vida-, la probabilidad de conocer gente en un viaje (más allá de las personas que irremediablemente vamos a conocer aunque sea sin querer) depende de la actitud que tengamos. Cuando llegamos a un sitio, siempre vamos a poder elegir tener una predisposición u otra, esto es, tratar de hablar más o de hablar menos con las personas que encontramos, o que tenemos alrededor. Y por supuesto, vamos a tener la opción de iniciar conversaciones, de elegir lo que queremos preguntar a la otra persona o de decidir si queremos dar continuidad a ese primer contacto por ejemplo facilitando un número de teléfono, una dirección de correo electrónico, los datos de un perfil en una red social, etc. Sin duda, también habrá ocasiones en las que esto sucede sin que lo propiciemos, pero lo bueno para el viajero es que es algo que también se puede, por así decirlo, gestionar de forma activa.

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Mantener el contacto una vez que el viaje ha terminado

Si, de una forma u otra, hemos conseguido hacer contactos en un viaje, también dependerá de nosotros qué utilidad sacarle, ya que podremos utilizarlo en mayor o menor medida, y elegir la forma o el propósito con el que hacerlo. Por ejemplo, podemos utilizar nuestros contactos de un viaje para seguir conociendo aspectos de la cultura del país que hemos visitado; esto es lo que me sucedió a mí con un chico al que conocí en Uzbekistán (en el momento de mi visita, era un aprendiz de guía que acompañó al guía principal que teníamos sobre todo para mejorar su español), con quien he mantenido contacto por Facebook y quien me ha permitido aprender algunos aspectos de su cultura, por ejemplo la importancia que le conceden en su país al Nouruz o Año Nuevo persa, una festividad que coincide con el comienzo de la primavera (todos los años, el chico suele hacer una publicación para recordar la fecha, decir cómo lo celebran, etc). También, en ocasiones, contactos que he hecho en un viaje me han servido para poder seguir de primera mano la actualidad de un país; me ocurrió con un amigo que hice en Egipto en 2011, al que le preguntaba por la evolución de un acontecimiento relevante como fue la Primavera Árabe, que precisamente comenzaba a gestarse en la época de mi visita a su país. Y también con la que fue mi casera durante mi estancia en La Habana (Cuba), con quien estuve después intercambiando impresiones para conocer cómo se estaba desarrollando la pandemia del Covid 19 en Cuba. Lo bueno que tenemos es que, hoy en día, podremos mantener el contacto por Whatsapp, por correo electrónico o por cualquiera de las redes sociales masivamente utilizadas en el mundo (Facebook, Instagram, Twitter, etc).

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Algún efecto colateral negativo que puede acontecer

Pero como ocurre con casi todo, también podemos tener algún efecto colateral negativo derivado del hecho de intentar mantener el contacto con gente a la que conocemos en nuestros viajes. Es lo que me ocurrió con un chico al que conocí en Ghana, que no cesaba de enviarme correos electrónicos con el fin de que pudiera ayudarle a encontrar trabajo en España, sin llegar a comprender que yo poco podía hacer para ayudarle a ello, mucho menos para facilitar que consiguiera los documentos necesarios para poder venir a mi país. También se mostró bastante pesado el chófer que tuve en la India, que me llamaba con insistencia para pedirme una cantidad de dinero con la que poder comenzar un negocio propio en su país, sin imaginar que era un dinero que yo no estaba en disposición de proporcionarle. Lo bueno es que estas cosas terminan siendo fáciles de gestionar, pues bastará con dejar de contestar los correos o las llamadas que estamos recibiendo de esas personas.

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Publicado por Sergio Gonzalo 17:18 Tagged gentes aprovechar_el_viaje después_del_viaje culturas Comentarios (0)

Informándonos sobre la fauna y la flora de un país

Sorprendiéndonos con las maravillas del mundo animal y vegetal

Animales y plantas, un mundo por descubrir

No podemos siquiera imaginar la cantidad y variedad de especies animales y vegetales que existen en el mundo, y cuando viajamos, con frecuencia nos vemos sorprendidos por determinadas especies que no estamos acostumbrados a ver en nuestro lugar de origen, eso cuando directamente no nos resulta increíble que un ser vivo como el que están viendo nuestros ojos pueda existir (esto sucede con frecuencia cuando se viaja a África, Asia o América, por no hablar más específicamente de auténticos paraísos en diversidad biológica como Costa Rica, Australia, Nueva Zelanda o Madagascar).

Aunque podemos dejarnos llevar y, sencillamente, dejar que tanto el viaje como el destino que hemos elegido nos sorprendan, es posible documentarse y prepararse con anterioridad al viaje, de forma que podamos comprender mucho mejor todo aquello que veamos y hagamos en relación a la fauna y la flora de nuestro destino. A exponer ciertos recursos para hacerlo es a lo que está dedicada esta nueva entrada del blog.

Recursos para conocer más sobre la fauna del destino

Aunque, por supuesto, hacer búsquedas genéricas en Google del tipo “fauna de xxxxxx” nos puede ayudar a obtener algo de información preliminar sobre los animales que podemos encontrar en nuestro destino, hay webs específicas que sin duda nos van a ser de mucha más ayuda. Una de ellas es A-Z Animals (https://a-z-animals.com/), en la que podremos encontrar una auténtica enciclopedia del mundo animal. En ella se puede encontrar cuanta información se quiera sobre animales de todo el mundo, pero es que además tiene un buscador en el que, escribiendo el nombre del país que se desee, se accede a entradas específicas sobre la fauna de ese país. Los animales aparecen clasificados según varios criterios (por nombre científico, por familia, por localización, etc), y también se puede encontrar información específica de cada país sobre animales salvajes y domesticados, especies en peligro de extinción -en distintos niveles de riesgo-, animales peligrosos, parques nacionales en los que cada especie se puede encontrar, comportamientos y curiosidades de las especies del país, etc.

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Otra web interesante relativa a los animales es Animals Around the Globe (https://www.animalsaroundtheglobe.com/), que cuenta con una sección de Animales por continente en la que a su vez se puede acceder a información específica de cada país, con información general sobre su fauna, sobre los parques nacionales en los que avistarla, e incluso sobre opciones y propuestas concretas para disfrutar de la biodiversidad.

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La flora, un mundo menos llamativo pero no menos interesante

Tal vez menos espectacular que la fauna, puesto que siempre avistar animales en vivo suele ser más emocionante e impresionar más, la flora también puede dejar con la boca abierta al viajero en más de una ocasión, más allá de ser reflejo, y ayudar a explicar, muchos aspectos del país por el que estamos viajando, como los rasgos propios de su latitud, de su clima, de su orografía, etc.

En lo que se refiere al mundo vegetal, puede resultar muy interesante la página web World Plants (https://www.worldplants.de/world-plants-complete-list/complete-plant-list); en ella podemos encontrar desde una lista completa de especies vegetales del mundo, hasta una sección de estadísticas por país en la que, pinchando en un país concreto (los países aparecen clasificados por regiones), se puede acceder a estadísticas generales de la flora del país y a listas de plantas presentes en él, además con etiquetas especiales para aquellas especies que o bien son endémicas, es decir, que solo se pueden encontrar en ese país, o bien han sido introducidas. También se ofrece información sobre recursos bibliográficos para conseguir más información sobre la flora de cada país del mundo.

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Un segundo recurso interesante para aprender sobre la flora de nuestro próximo destino es World Flora Online (https://wfo-about.rbge.info/), en el que contamos, entre otras opciones y tipos de información, con un mapamundi en el que posicionando el ratón obtenemos el número de especies que hay en cada región del mundo, con un buscador en el que es posible teclear el nombre de un país para así obtener un listado de las plantas que se pueden encontrar en él, con enlaces a artículos específicos que tratan sobre la flora de un país y que incluso han sido publicados por organismos especializados de ese país en cuestión, etc.

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Publicado por Sergio Gonzalo 8:29 Tagged fauna flora naturaleza preparar_el_viaje webs_útiles antes_del_viaje Comentarios (0)

Estar al tanto de la actualidad de nuestro próximo destino

Recursos e ideas para comprender mejor lo que ocurre en el país que visitamos

Importancia e interés de estar informado de la actualidad y las noticias

Cuando nos queda poco para viajar a un país o destino determinado, puede resultar muy interesante tratar de estar informado de lo que está sucediendo, o es noticia, en ese sitio, desde un tiempo antes de que nuestro viaje tenga lugar. Ello, no solo nos podrá dar información práctica útil para la preparación del viaje (por poner un ejemplo, estando al tanto de la actualidad del país nos podríamos enterar de que hay algún festivo o evento nacional que podría alterar nuestros planes de viaje), sino que además, esa información que podamos recabar también será interesante para entender y comprender mejor el país por el que vamos a viajar durante unos cuantos días o semanas.

A explorar las distintas formas de obtener información de la actualidad de un país, es a lo que está dedicada esta nueva entrada del blog. Noticias, temas de actualidad, novedades, sucesos, el sentir general de un país, lo que está sucediendo en las calles, lo que preocupa, lo que está de moda en un momento determinado, etc, son solo algunos de los tipos de información a los que podremos acceder con los recursos que ahora vamos a explorar.

Adentrándonos en la actualidad de un país desde casa

Si queremos conocer las últimas noticias del país que dentro de poco vamos a visitar en un viaje, en muchas ocasiones basta con teclear el nombre del país en Google. Si hay noticias de las últimas horas o de los últimos días, aparecerán en una sección específica que se suele encontrar debajo de las primeras webs que aparecen sobre el país (que suelen ser las de Wikipedia, así como alguna otra genérica).

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Por supuesto, podemos ayudar aún más a Google escribiendo “noticias” o “actualidad” + “nombre del país” en el buscador. En ese caso, lo normal es que nos aparezcan sitios específicos de noticias (como Europa Press, Euronews, CNN, BBC, etc, dependiendo un poco del continente al que el país pertenezca) que nos ofrezcan las últimas noticias que se han generado acerca del país en cuestión. Adicionalmente, podemos consultar con cierta periodicidad (cada x días, por ejemplo), no solo esas webs de noticias genéricas, sino también sitios especializados en actualidad política, económica, social, deportiva, etc, para ver lo que se dice del país que nos interesa. Y si el idioma nos lo permite, podemos comenzar a leer algunos de los periódicos locales, en sus sitios web.

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Continuando con la información mientras el viaje se desarrolla

Si hemos hecho un buen trabajo de documentación de la actualidad previo al viaje, podemos darle continuidad, y complementarlo, mientras el propio viaje tiene lugar. En ese caso lo tendremos incluso más fácil, porque podremos comprar el periódico físico en el lugar en el que estemos (nada nos impide, por supuesto, seguir informándonos a través de Internet también). Si el idioma lo permite en alguna medida (porque es el mismo que en nuestro país, porque lo hemos estudiado, porque tenemos algunas nociones de él, etc), podremos emplear buenos ratos conociendo de primera mano lo que se cuece en el país, aprendiendo sobre su cultura, sabiendo lo que está de actualidad, etc. Incluso, llevándolo al extremo de que no podamos entender nada del idioma, un vistazo a un periódico nos permitirá adivinar los temas sobre los que las noticias tratan a través de las fotografías, así como saber de qué manera (con qué formato, estilo, disposición de las noticias, colores, etc) se informa en el país en el que nos encontramos.

Las posibilidades de enriquecimiento será aún mayores si tenemos la oportunidad (de nuevo, si el idioma lo permite, si no nos da vergüenza hacer, etc) de comentar esas noticias del periódico con algún lugareño (la única restricción recomendable, con el fin de evitar problemas o algún rato desagradable, sería la de no tratar temas delicados o comprometidos, tanto para nosotros como para la persona local con la que podamos estar hablando -a veces un tema no es problemático para alguien que está de visita pero sí para alguien que vive en el lugar-).

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Después del viaje, comprensión de un destino y felices recuerdos

Y también después del viaje se le puede dar continuidad a todo el trabajo que hemos hecho. Cuando lo hagamos, de nuevo visitando sitios webs de noticias sobre el país que hemos visitado, no solo podremos seguir informados acerca de un país que después del trabajo de estar al tanto de su actualidad y del viaje que hemos hecho comprenderemos mucho mejor, sino que además podremos seguir recordando el viaje durante el tiempo que queramos. Si hemos conocido a alguien en el país y hemos mantenido el contacto, podemos comentar la actualidad para ver cómo se percibe todo desde dentro del país.

Publicado por Sergio Gonzalo 6:23 Tagged conocer_lo_local preparar_el_viaje antes_del_viaje aspectos_prácticos aprendizaje Comentarios (0)

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